jueves, 9 de diciembre de 2010

Amor en equilibrio





Parecía un amor descabellado. Sin embargo, al hada le encantaba la barba del duende y a él, los rizos de ella al viento. Al principio fue difícil, una cuestión de peso los separaba: El duende cargaba con sus apegos, sus saberes y sus años; estaba anclado a la tierra y a las costumbres del bosque. En cambio la joven hada vivía al instante, era tan, tan liviana que podía volar. Superaron el conflicto construyendo su casa en los árboles: él soltaba algo de lastre y subía; ella hacía planes a su lado y bajaba.

7 comentarios:

  1. Precioso, Sara, el relato y su imagen. Tus palabras se transforman cuando están al lado de su ilustración gemela.

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  2. Me olvidé de decir "que vuelan más alto".

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  3. Gracias Mirina. Es verdad que es una buena conjunción unir palabras e imágenes; "vuelan más alto", cómo tú dices, cuando están juntos. Un saludo.

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  4. Me alegro que te guste, Artistalight. Un saludo.

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  5. Este texto ya lo leí en el filandón y me gustó mucho. Y me sigue gustando cada vez que lo releo.
    Un abrazo. Iria L.

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  6. Envié al filandón la ilustración junto al relato. Me alegro que te haya gustado, Iria. Le tengo mucho cariño a este pequeño cuento que surgió del "duende con alas" del dibujo.
    Otro abrazo para ti.

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