Equivocaba su camino a cada paso que daba, pero volvía a comenzar siempre un peldaño más arriba, habiendo aprendido de las derrotas. Así había llegado, con el paso de los años, a lo más alto. Un día se encontró en una encrucijada: en la cumbre, avanzar significaba lanzarse al vacío. Se imaginó cayendo a turbulentas aguas y nadando hasta la orilla para adentrarse en la selva; percibió la intrépida emoción de columpiarse en las lianas hasta el próximo destino. Sin pensarlo demasiado, se despojó de sus ropajes y se lanzó a la aventura.
¡Uy, esperaba el dibujo desde el año pasado! Volver a comenzar, aprendiendo de las derrotas... Atreverse otra vez. Lanzarse a la aventura. Había que verle la cara a ese valiente.
ResponderEliminar¿Qué puedo decir de tus combinaciones mr/dibujos sin repetir a otros ni repetirme?
Gracias, Sara, por deleitarnos.
Gracias a ti, Eglon, por pasarte por aquí y comentar. El dibujo te lo debía, sabía que lo estabas esperando.
ResponderEliminarUn abrazo.