Eras sospechosa de fraude. Sin dudarlo requisé tus sueños para inventariar sus componentes. Decepcionado, me reconocí el único de tu lista. Ya no podría reprocharte el engaño. Herido en mi orgullo, falsifiqué los datos. Tuviste que admitir que yo tenía razón.
¡Qué tipo tan enrevesado! No paró hasta salirse con la suya.
ResponderEliminarToda una historia de celos patológicos resumida extraordinariamente en apenas 4 líneas.
Un saludo.
No bastaba con descubrir los sueños, después había que demostrar que merecía la pena haberlos soñado. Era un celoso aburrido... Genial.
ResponderEliminar¡Qué cabroncete!
ResponderEliminarOtro micro al que le sobra originalidad.
El careto del dibujo acompaña.
Besos, Sara.
Pareces vivir en la semana futurista :D y te sienta muy bien!
ResponderEliminarPor si no nos leemos más...Buen fin de semana Sara!
Si no encuentra razones para estar celoso, pues se las inventa, con tal de tener razón...
ResponderEliminarEs verdad que con la cara del dibujo, seguro que tiene razones para estar celoso!!
Muchas gracias por vuestros comentarios. Me alegra mucho recibir vuestras visitas. Un saludo.