La sinrazón se dibuja en la mueca de tu boca como una puñalada abierta, de la que manan palabras de sangre y venganza. Empuñas un rifle más largo que tu altura y lo aprietas contra los pechos de tu primera víctima. Te justificas pensando que ellos le hicieron lo mismo a tu madre.
Una de las heridas sangrantes de nuestra sociedad: tema literario por definición. De tu micro destaco la contundencia de la prosa, muy acorde con el tema.
ResponderEliminarAbrazos fuertes,
PABLO GONZ
Gran micro Sara! Cada palabra vale por su propio, desgarrador, peso.
ResponderEliminarBesos
¿ Quién siente el dolor de ser niño sino un niño que ha dejado de serlo ? Alguien incapaz de soportarlo y, más aún, sin la capacidad necesaria para soportar el del prójimo.Tal es la causa de que el niño resulte por lo común tan peligroso en las guerras de Centro-Africa.
ResponderEliminarPerdóname, Sara por no dedicarte más tiempo, aquél que te mereces. Siempre te leo. De aquí revelo una durísima historia de uno de los mayores errores del ser humano, robar la niñez. Los mejores días que nos regala la vida.
ResponderEliminarLas tragedias, las pérdidas del hogar, el dolor, las responsabilidades tempranas roban la niñez. Y aunque a veces es inevitable, nosotros, los adultos, debemos intentar paliarlo.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios.
Un saludo.
Los niños de la guerra son engendrados en el "PRIMER MUNDO" donde el dinero y el poder compran almas inocentes, doblegándolos a la miseria, el odio y la autoaniquilación. Solo la pobreza y la miseria hacen que exista la riqueza.
ResponderEliminarMuy duro pero cierto.
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