Fría calma
Ya ha cesado el temblor, excepto el de mi brazo removiendo los escombros que me apartan de ti. Palpo el estante del supermercado, tan frío como tu cuerpo debajo, como el refresco que todavía llevas en la mano. Los escucho, ya vienen; pero no me encuentro preparado para sobrevivirte.
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ResponderEliminarNadie es inmortal si no puede morirse, más aún, si no ha muerto por lo menos una vez, o ha sobrevivido a alguien que amó. Esta historia rezuma solidaridad y generosidad por todos sus poros...
ResponderEliminarPuede ser, Amigo mortal. Es cuando más cerca estamos de la muerte cuando, paradógicamente, nos acercamos más a la vida.
ResponderEliminarSon los comentarios los que dan vida a mis textos. Muchas gracias por comentar.
Un abrazo.