Ahogaba sus gimoteos en la almohada y, ciñendo las rodillas contra su pecho, se acurrucaba temeroso de la oscuridad. La luz se encendió de pronto, exponiendo así su indefensión. Se incorporó en la cama para observar el cuarto en el que se hallaba encerrado. La austera decoración no ocultaba el estado decadente de las paredes. Las manchas de humedad esbozaban extrañas figuras que parecían tener vida propia. Recreándose en sus miedos, las sombras emergieron de la pintura agrietada y apagaron la luz.
La oscuridad de la noche se recrea en mostrarnos nuestros fantasmas.
ResponderEliminarTerroríficamente bueno tu micro, Sara.
Un beso.
No se porque decimos que tenemos miedo a la oscuridad, allí no hay nada y nada vemos. El problema está en lo que nosotros imaginamos por tanto deberiamos decir que tenemos miedo de nuestra imaginación. Esa si es realmente peligrosa. Ahí es donde habita la semilla del mal.
ResponderEliminarDe acuerdo con Nuria. Parece como si todos sus temores se levantaran lentamente de su interior, apoyándose en esas paredes, ahogando la esperanza de la luz, rebasando todas las dimensiones conocidas. Se trata de un miedo mucho mayor, que se ha hecho profundo y se ha apoderado de todo su ser: Ya no es miedo, es terror.
ResponderEliminarLa irrupción de lo fantástico en la realidad extraordinariamente narrado.
ResponderEliminarGran micro, Sara!!!
Un abrazo
Es un miedo que se retroalimenta. Teme a la oscuridad por lo que no puede ver y cuando hay luz, teme por lo que ve. Y cuando la luz se vuelve a apagar, el miedo es mayor...
ResponderEliminarPero ¿y si sus miedos no son producto de su imaginación...?
Gracias MJ, Nuria, Amigo mortal y Patricia por leerme y comentar.
Abrazos.
Reflejas muy bien esa opresión que te causa el miedo.Me ha gustado.
ResponderEliminarBlogsaludos
Date cuenta, más que terror, me ha provocado tristeza por la soledad que transmite.
ResponderEliminarEn todo caso, me ha removido.
Besos.
Gracias, Adivín Serafín. El miedo nos oprime y no nos deja ver, incluso con luz...
ResponderEliminarAunque para el personaje es real y lo vive como una noche de terror, Torcuato, nosotros, que lo "observamos" enseguida interpretamos que no hay nada tangible, que son solo sus miedos y, por supuesto, nos da tristeza cuando vemos expuestas las debilidades humanas.
Abrazos para ambos.
;)
ResponderEliminar