Es aquello que se guarda y carcome el alma con el tiempo, hasta que el diablo llama a tu puerta y se lo cuentas, aun sabiendo que te puede llevar hacia el abismo. Así ella le confesó su engaño y él, enfurecido de rabia, la acarreó hasta el inmenso bosque donde impunemente ocultó su rastro.
De la mujer solo encontraron sus ropas que, con el tiempo, fueron enterradas en una tumba como refugio para llorarla. Desde entonces su alma desnuda merodea por el cementerio, roída por el secreto del paradero de su cuerpo.
Yo lo sé porque a las gárgolas los muertos nos lo cuentan todo. Como que ese hombre que viene a menudo por aquí y me mira con recelo, es el asesino. Hoy ha llegado portando su mirada oscura y una maza. Sabe que guardo su secreto.
Este micro participa en el concurso Minificciones.com.ar en el que el texto debe inspirarse en la imagen dada.
¡Guaaau! Fabuloso el tema y fantástica tu prosa.
ResponderEliminarMe ha gustado especialmente este micro, Sara.
Besitos.
La gárgola esconde la historia que suavemente me haces deleitar. El rumor del cementerio me hace avivar tu prosa, raudo por conocer el final.
ResponderEliminarBlogsaludos
El clima enrarecido, angustiante, que describís desde la primera línea no decepciona ni decae.
ResponderEliminarMuy buen micro, Sara!
La mejor de las suertes para el concurso
Ese secreto me ha cautivado de tal manera que hubiera seguido leyéndote todo el tiempo que había sido guardado.
ResponderEliminarExcelente, Sara. El ambiente, la historia, la prosa y tu imaginación, viajan bien arropadas hacia el concurso. Un abrazo. Me gusta tanto que se hizo corto.
Será por eso que las ponen tan altas, para que nadie escuche si una le diera por tirar de la manta.
ResponderEliminarBuenísimo micro, buenísimo.
Es un microrrelato denso, con una prosa bastante especial y dudaba de que tuviera aceptación.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios. Este es un concurso difícil por la calidad de los textos presentados (el tuyo, Patricia, de mis favoritos).
Abrazos fuertes.
El tema tiene fuerza, aunque sabes que a mí me costaría depositar en la estatua el punto de vista del narrador, pero esto le da originalidad. El relato transmite bien la obsesión y violencia del asesino. Por lo demás, si me permites sugerirlo, le daría un pequeño repasillo a algunos detalles del aspecto formal o de redacción (aunque también conoces mi manía por revisar más de una vez lo que escribo, jajaja). Un abrazo
ResponderEliminarMe recordó mucho a parte de Blancanieves :D
ResponderEliminarIntrigante con final abierto
Un saludo Sara
En este caso, Luis, para mí la gárgola tenía que tener un papel especial en el relato. Como valoro mucho tus opiniones, me gustaría que me dijeses que parte de la redacción retocarías tú. Un abrazo.
ResponderEliminarSi es que los cuentos infantiles clásicos, Cormorán, tenían también un clima bastante angustiante y la mujer siempre era una de las pobres víctimas. Un saludo.
Oye, Sara. MIRA ESTO
ResponderEliminarLo he visto, Torcuato. Qué feliz me hace que estemos los tres (MJ y tú) preseleccionados. Me falta Patricia para que sea perfecto. Un beso. Te deseo lo mejor.
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