Cuando uno no se siente protagonista de su propia vida supone que, irremediablemente, los demás marcarán su destino. Gracias MJ, Patricia y Elysa por vuestros comentarios. Un gran abrazo.
Una vez más has pensado en el lector, el micro da lugar a que haya más diálogo entre ambos. Presentándonos un personaje, con la claridad imaginativa que te caracteriza, atrapado, sin salida posible, y su triste punto de vista ante la situación, nos invitas para que saquemos nosotros consecuencias, sean las que sean. Ojalá el revolver falle, habrá conducido al personaje y a nosotros a un gran hallazgo: Que cada uno y lo que ama es la materia principal de su vida, de su obra...
El personaje no solo se encuentra en una terrible situación, sino que lo invade el pesimismo. Como tú dices, Amigo mortal, aunque él crea que ya está sentenciado, quién sabe, puede que el revólver falle o que no aprieten el gatillo. Puede que hasta la muerte tenga un final abierto. Un abrazo.
Gracias, Navegante Del Alma. Emulando tus palabras, hay que tener una gran capacidad para escribir tanto y tan bien, como tú lo haces. Me he quedado maravillada con tu blog. Un saludo.
Hola Juanxxi, qué alegría tenerte por aquí. Justo cuando escribías este comentario yo estaba escribiendo un micro sobre Praga para tu nuevo blog. Ya te lo envié :) Un saludo.
La muerte es una bala disparada en el momento de la concepción. Su recorrido, unas veces lento y otras veloz, tiene un final siempre certero. Entre esa muerte disparada en el orgasmo y este final certero, anda la vida con uno de protagonista y su séquito de secundarios.
¡Uf! Descarnado micro.
ResponderEliminar¡Enhorabuena, Sara!
Un beso.
Ah, qué bárbaro!!!
ResponderEliminarDoble vuelta a la tristeza.
Muy buen hipermini, Sara.
Besos
Muy, muy visual.
ResponderEliminarCuando uno no se siente protagonista de su propia vida supone que, irremediablemente, los demás marcarán su destino.
ResponderEliminarGracias MJ, Patricia y Elysa por vuestros comentarios. Un gran abrazo.
Una vez más has pensado en el lector, el micro da lugar a que haya más diálogo entre ambos. Presentándonos un personaje, con la claridad imaginativa que te caracteriza, atrapado, sin salida posible, y su triste punto de vista ante la situación, nos invitas para que saquemos nosotros consecuencias, sean las que sean. Ojalá el revolver falle, habrá conducido al personaje y a nosotros a un gran hallazgo: Que cada uno y lo que ama es la materia principal de su vida, de su obra...
ResponderEliminarEl personaje no solo se encuentra en una terrible situación, sino que lo invade el pesimismo. Como tú dices, Amigo mortal, aunque él crea que ya está sentenciado, quién sabe, puede que el revólver falle o que no aprieten el gatillo. Puede que hasta la muerte tenga un final abierto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay que tener una gran capacidad para relatar tanto con tan pocas palabras. Lo digo yo que no puedo escribir poco.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Navegante Del Alma. Emulando tus palabras, hay que tener una gran capacidad para escribir tanto y tan bien, como tú lo haces. Me he quedado maravillada con tu blog. Un saludo.
ResponderEliminar...y en cambio tú no necesitas escribir mucho porque lo bordas con línea y media. Qué bien le tienes cogida la medida, qué bien lo haces, qué bien.
ResponderEliminarHola Juanxxi, qué alegría tenerte por aquí. Justo cuando escribías este comentario yo estaba escribiendo un micro sobre Praga para tu nuevo blog. Ya te lo envié :)
ResponderEliminarUn saludo.
La muerte es una bala disparada en el momento de la concepción. Su recorrido, unas veces lento y otras veloz, tiene un final siempre certero. Entre esa muerte disparada en el orgasmo y este final certero, anda la vida con uno de protagonista y su séquito de secundarios.
ResponderEliminarBravo por tu comentario, Cormorán. Todo un relato. Un saludo.
ResponderEliminarEstoy con Juanxxi: reinas en la superbrevedad.
ResponderEliminarEnhorabuena, Sara. Un abrazo
Gracias Luis. Otro abrazo para ti.
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