domingo, 5 de junio de 2011

Atrapado

Las horas pasan vacías y descoloridas dentro de este foso. Un eterno invierno se apodera de mí. Igual que mi linterna, necesito agitarme y moverme para conseguir tenues ráfagas de luz. Ya no pienso con claridad. Será el hambre que carcome mis entrañas o las cucarachas que todavía no digerí. Mi cuerpo está deshecho y yo no distingo la realidad. No sé cómo llegué a este profundo agujero. Tal vez caí o me tiraron. ¡Qué más da! No hay salida. Ni siquiera la muerte ha sido mi liberación.



10 comentarios:

  1. Qué buenos micros estás escribiendo, Sara!
    El giro final, extraordinario.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. La muerte, esa extraña salvación en la que todos creemos y nadie quiere llegar, no por ser salvación sino por lo desconocido de su siguiente. Es injusto, tremendamente injusto, como has tratado a tu personaje (o era una verdadera mala persona, claro). Una eterna miseria o, por lo menos, otra vida miserable. Desear la muerte ante una situación extrema y resulta que no sirvió de nada esa muerte. No deja de ten su humor negro, no?
    Un beso Sara

    ResponderEliminar
  3. La muerte no deja de ser un hecho contradictorio para un alma encarcelada en el cuerpo. Es más fácil perder un imperdible que su alma.
    Es triste pensar que muchas personas mueren sin haber asumido ni comprendido, no sólo su vida, sino su propia muerte...

    ResponderEliminar
  4. ¿Qué nos queda, si ni siquiera tras la muerte descansamos?
    Magnífico, inquietante.

    ResponderEliminar
  5. El texto produce angustia. Más que la muerte física (con la que SÍ descansamos), me sugiere más el pozo de una profunda depresión del personaje, donde su alusión a la muerte, en tal caso, sería la anulación de la personalidad por dicho estado mental.
    Uf, qué rollo os suelto, jajaja.
    Un abrazo, Sara y demás amigos.

    ResponderEliminar
  6. El título le va muy bien, no se puede estar más atrapado ya, cuando ni siquiera en la muerte llega la liberación.

    ¡Impactante!

    ResponderEliminar
  7. Gracias, Patricia. Un beso.

    Tienes toda la razón, Cormorán. He llevado al extremo a mi personaje sin dejarle, por lo menos, el consuelo de un final. Y ahora me darán remordimientos :) Besos.

    Es tan contradictorio, Amigo Mortal, como que el alma (en teoría ya libre) no abandone ese pozo. ¿Qué la mantiene allí encerrada?
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. Eso pretendía el micro, Amando: Inquietar.

    Desde luego, Luis, que el texto puede verse en sentido metafórico. Y así, aunque el pozo despresivo sea profundo, sí que hay esperanza de salida.

    Intenté llevar ese título al extremo, Elysa. Aunque no sé si me quedó el texto demasiado angustioso :)

    Abrazos fuertes para los tres.

    ResponderEliminar
  9. Escalofrío final que "remata" el micro a la perfección.
    Besos.

    ResponderEliminar
  10. Hola, Torcuato. Gracias por pasarte por aquí a comentar. Un beso.

    ResponderEliminar

Gracias por dejar tus comentarios.