Llovía a
raudales. Eusebio –a quién le habían cortado el agua por olvidarse de
pagarla– salió a la calle desnudo y, jabón en mano, se lavó. Fue entonces
cuando la fortuita nube gris siguió su camino, dejándolo enjabonado y pensando
en que había olvidado rezar.
La lluvia no se maneja por el rezo sino por la sabiduría.
ResponderEliminarBlogsaludos
Hola Adivín: Es un micro irónico. La lluvia, como tantas otras cosas, no se maneja por el rezo. En este mundo en que nos acostumbramos a pagar por casi todo, llegamos a pensar que es necesario dar siempre algo a cambio para poder recibir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Él enjabonado y la nube que se larga ¡jajaja!
ResponderEliminarMe encanta, Sara.
Un beso.
Sara, que micro tan gracioso te ha salido. Me ha encantado, además de tener toda la razón del mundo, nada es gratis ni la lluvia.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Que gracioso Sara!!!
ResponderEliminarEnjabonado y sin agua...Besos desde el aire
¡Jolín, Sara! pobre hombre, hasta la nube tiene precio, pero me temo que es así.
ResponderEliminarBesitos
Hola MJ: Es que hasta a las nubes se las lleva el viento...
ResponderEliminarNicolás: Lo escribí con las prisas del principio de la sortija (creo que el tema era el agua) y salió así de espontáneo (como el dibujo, también pasado por agua)
Rosa: A todos nos ha pasado en algún momento eso de quedarnos enjabonados...
Elysa: Hasta la nube cobra por sus servicios...
Abrazos fuertes para todos.
Jajaj muy bueno!
ResponderEliminarUn saludo
Efectivamente, nada es gratis de lo que antes si lo era.
ResponderEliminarBesos, Sara
Gracias, Rublo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Torcuato. Qué alegría verte!!
Son otros tiempos, hoy en día todo tiene su precio...
Un beso.
Chocante y divertido. Parece sacado de una peli de Almodóvar. Muy, muy refrescante...
ResponderEliminarComo se suele decir, las desgracias no vienen solas. Buen dibujo
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