Los
diecisiete euros encontrados en el último estante de la despensa vacía habían
sido –según mi madre– un auténtico milagro. Aunque creo que el verdadero
portento fue repartirlos equitativamente entre los miembros de la familia: todos
ansiábamos los billetes y nadie estaba dispuesto a llevarse las monedas. Al final fue el que mostró los
dientes más largos quién se llevó la calderilla. Yo
no me quejo, a mí me tocó roer una de las partes más sabrosas de los billetes:
la banderita azul de la Unión Europea.
La propuesta para este mes de octubre es la
siguiente: 17 microrrelatos (son 17
los países de la eurozona) de menos de 100 palabras en los que aparezcan
en su texto 17 euros, y que traten
de algún modo la idea de compartir.
Sara, que ejercicio de originalidad. Me he reído mucho con el final tan espectacular. Es un relato que encierra una penuria grande y que tú logras rebajar con ese humor.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un abrazo.
Yo me hubiera quedado con las monedas, son más sabrosas. Unas saben a pizza, otras a chucrut, otras a paella, a paté y hasta a chocolate.
ResponderEliminarSaludos.
Sara, te deseo la mejor de las suertes con este micro, que bien se la merece!!!!
ResponderEliminarEstoy armando una página con los compañeros que me han ilustrado un micro o, como es tu caso, que me dedicaron una ilustración. He puesto tu nombre y el de tu blog, si querés que agregue algo, hacémelo saber. Un beso enorme.
Que despensa tan triste. No quiero ni pensar qué comerán la próxima vez que les entre hambre.
ResponderEliminarUn saludo.
Acabé entendiendo que tampoco hay tienda cercana, pues un arrocito aunque sea con verduras , rendiría mejor.
ResponderEliminarSé que un relato hay que tomarlo como viene, y no temerle a la fantasía, pero me cuesta a veces expulsarme de la realidad, aunque finalmente acabo lográndolo.
E insistiendo con éste ataque realista, ¿No había siembra, o algo silvestre que comer?
¡Jaja! Ya sé que el tema es triste, pero me encanta el toque de humor con que lo has rematado.
ResponderEliminarUn beso, Sara.
Hola Nicolás: Si es que ésta crisis también la sufren los pequeños roedores...
ResponderEliminarEnmascarado: Hay que echarle imaginación... Aunque lo malo que tienen las monedas es que son duras de roer.
Hola Patricia. Con estar en una página tuya ya me vale, es un gran honor. Un abrazo.
Alberto: La próxima vez que les entre hambre se irán a otra casa más opulenta, o a los contenedores...
Hola Carlos: Creí que poniendo al final lo de "me tocó roer una de las partes más sabrosas de los billetes" se entendería que se trataba de un grupo de roedores que solo encontró 17 euros por comida. El que habla, entonces, es un ratón. Desde luego que el texto no tendría sentido si fuesen personas. Está claro que a veces no es suficiente sugerir en el texto y hay que dar pistas más contundentes.
MJ: Es que éstos temas mejor tomárselos con humor...
Abrazos fuertes.
Me encanta el humor del que haces gala Sara.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Una dosis de humor a la situación económica, con estilo y creatividad.
ResponderEliminarUn beso.
HD
Pobres ratones. Yo aunque no sean para comer, tamnbién prefiero los billetes. Me ha encantado. Un beso.
ResponderEliminarEstá muy bien, ayer envié yo también mi propuesta para los 17 euros.
ResponderEliminarSe entiende muy bien que son ratitas. Las pistas que dan esos dientes largos y el roer de la banderita son inequívocas. Que forma más tierna de contar una crisis.
ResponderEliminarSara domina perfectamente la elipsis, hace muy fácil ese misterioso recurso de contar sin mencionar. Gracias por todo, Sara.
ResponderEliminarno sé porque no me recogio el nombre en el anterior... soy juanxxi
ResponderEliminarComo te dije en Europalabras, me parece muy original este micro contado desde la voz de un roedor...
ResponderEliminarBesitos
Gracias, Rosa. Besos.
ResponderEliminarHumberto: Es que hoy en día es difícil no hablar de alguna manera de esta crisis, y más cuando el tema del micro es el compartir dinero. Un saludo.
Mar: Yo también prefiero los billetes (valen más y no pesan :)
Un beso.
Hola Gotzón: Ya estaré atenta a leer tu propuesta, que seguro sorprende! Un saludo.
Montse: Aun así, si alguien no ha reparado en que son ratitas, es que algo ha fallado en el micro. Tal vez despista porque está escrito en primera persona... Bueno, de todo se aprende!
Un abrazo.
Hola Juanxxi: Gracias por pasarte por aquí! Es todo un placer. Un abrazo.
Elysa: Gracias por tus comentarios, por partida doble :)
Besos.
Qué bueno ese giro. Creo que la palabra esencial es "roer". Ahí es cuando tienes la certeza de que es lo que parece.Muy gracioso.
ResponderEliminarUn saludo.
Sorpresiva y ocurrente esta despensa donde se roen con fruicción los objetos por los que sudamos la gota gorda. Abrazo. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarGracias Miguel y Francisco por vuestros comentarios. Está claro que los visitantes de la despensa no desperdiciaron ni un poquito de ese dinero (aunque con las monedas habrán sudado un poquito).
ResponderEliminarAbrazos a ambos.