domingo, 18 de noviembre de 2012

Evasiones


Aquella noche de ruidos extraños en la azotea él me dejó sola en el sofá, con algo más que una película a medias; y cuando regresó al rato diciendo que nada ocurría allá arriba, supe que tampoco pasaría nada aquí abajo. Entonces me vestí dispuesta a irme, pero nunca llegué a salir por la puerta ni a ponerme el zapato que le lancé a la cara cuando reconoció que se inventaba excusas para no estar conmigo; en cambio me dirigí hacia el balcón para escapar por la cornisa, no sin antes echar una última mirada a mi tacón de aguja clavado mortalmente en su ojo. 



Este es un fragmento de una foto de Earthquakeboy.

16 comentarios:

  1. ¡Vaya carácter!. Mantiene bien el suspense, lo esperable era una reacción al revés.

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  2. Final cruento y sorpresivo. Pero ante malas excusas, malas respuestas.

    Un abrazo.

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    1. Esos son los peligros que acarrean las reacciones violentas espontáneas. Quizás ella solo quería arrojarle un zapato, sin más...
      Un abrazo, Albada.

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  3. ÉL? Un cobardica. Y ella? Muy tremenda.
    No, no parece que fuesen a tener un futuro como pareja, ahora... el como se desarrollaron las cosas y como nos las cuentas, Sara, cosa tuya, me ha gustado mucho. Directa y al grano, no podía ser de otro modo.

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    1. Gracias, Luisa. El micro lo escribí de un tirón, como si la protagonista me lo estuviese contando. Cuando escribí el final pensé: ¡Ah, por eso dijo que nunca llegó a ponerse el zapato!
      Un abrazo.

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  4. Mujer de armas tomar, no digo que sin razones pero vaya, vaya, miedorrrrrr de aguja jeje

    Un saludo indio
    Mitakuye oyasin

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    1. David, es que los tacones de aguja son muy peligrosos si son certeros.
      Un saludo.

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  5. No dudo que se merecía un escarmiento, pero... ¡madre mia! qué escarmiento...

    Sorprendente final Sara.

    Un abrazo.

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    1. Puede que el escarmiento se le haya ido de las manos...
      Un abrazo.

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  6. Carmba Sara Ses final me ha descolocado. Ocurrente genialidad!

    Saludos.

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    1. Seguro que la protagonista también se sorprendió de que su zapatazo fuese tan certero :-)
      Un saludo.

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  7. Yo no uso zapatos de tacón por eso mismo. Por si me dieran ganas de clavarle mi aguja a alguien. ;) El final es soberbio, porque de repente, la pobrecita se re-arma y ya no hay quien le sople.

    Jaja ...y la ¡¡foto!! ¡qué bueno!.
    Besos Sara, un gusto leerte.

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    1. Y huye como en las películas. Luego, a preparar una coartada :-)
      Gracias Laura por leerme. Besos.

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  8. Me tomó el final por sopresa! un gran giro a la historia

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