El peso inexorable de la vida cae sobre sus
párpados, que se cierran definitivamente. Jacinto al fin se siente libre de
su decrepitud y se escabulle por la ventana cerrada. Afuera llueve a raudales.
Su mujer, que lo ve, piensa que ni así el cielo logrará lavar los pecados de su
alma infame. Semihundido en el viejo colchón, a la derecha del lecho
conyugal, yace el cuerpo vacío del anciano, arrebujado entre sábanas blancas
bordadas primorosamente por Ramona, cuyo esqueleto reposa en el
lado opuesto de la cama.
La foto es obra de Earthquakeboy.
Muy inquietante este micro Sara. Dos muertos que por el cansancio, el mío, ahora mismo no sé qué relación tienen con el anciano y su mujer. Creo que son los mismos, son dos almas errantes. Pero si me equivoco puedes decirlo con toda la tranquilidad, que yo vuelvo mañana.
ResponderEliminarUn besote Sara.
¡Son los mismos! Es un micro denso, lo sé, y hasta un poquito tétrico también.
EliminarGracias, Laura, por leerme. Besitos.
Dos fantasmas que, cuando se encuentren en el Más Allá,librarán una batalla conyugal que ni te cuento.
ResponderEliminarSuspenso y terror. Muy bueno, Sara.
¡Saludos!
Se la tienen jurada... yo creo que por eso el viejo escapó :-)
EliminarGracias, Juanito. Un abrazo.
Uy qué imagen más tétrica en la cama. Como para tener que dormir en ella...
ResponderEliminarSaludos Sara.
Desde luego hay que estar muy mal para dormir con un esqueleto en la cama. Es de esperar que algún día alguien encuentre sus restos, y les de sepultura.
EliminarBesos.
Vengo tarde pero... durito tu micro, que por cierto me voy a guardar para saborearlo más despacito.
ResponderEliminarUn poquito de terror y misterio en esa habitación conyugal...
EliminarUn abrazo, Luisa.
mmmm... esa cama con la muerta al lado... y ahora son dos! La imagen de él arrebujado en la cama y a la vez escabulléndose es genial. Mucho oficio, Sara! besos van
ResponderEliminarComo para entrar a esa habitación por la noche, y encontrarlos así ¡Ajjj!
EliminarUn abrazo, Sandra.
A mi los de terror... ¡siempre que no haya mucha sangre....!
ResponderEliminarEste me gustó,
Un abrazo
Aquí sangre no hay, por lo menos fresca :-)
EliminarGracias, Rosy. Un abrazo.
Un micro de varias texturas, Sara. La del humor fino, que subyace. La del terror sutil, extraordinariamente lograda. La de la sorpresa final, que nos lleva a releer y a sonreir pensando -tal como ha dicho Sandra- ¡cuánto oficio!
ResponderEliminarUn abrazo,
Gracias, Pedro. Siempre me han intrigado las historias que hay detrás de esas escenas un tanto dantescas que se pueden ver en la vida real, de ancianos encontrados sin vida en sus camas, sin que nadie reparase en ellos por años. ¡Cuánta soledad!
EliminarUn abrazo.
Genial! Me ha dado mucho yuyu, que supongo que era la intención... ;) Me encantan los relatos de terror :-O
ResponderEliminarA mí también me encantan los de terror, y los fantásticos.
EliminarUn abrazo.
Me gusta especialmente la sonoridad, la prosa tan cuidada que ofreces en este micro. Es un placer. Luego, la historia sorprende, intriga y da un poco de miedo, como seguramente querías. Enhorabuena.
ResponderEliminarAbrazos
Me gusta leer los textos en voz alta, buscando, como dices, que suenen bien. Y para eso toca escribir, dejar reposar el micro, leer, dejar reposar y leer y así, hasta decir: al fin suena como quiero.
EliminarUn abrazo, Susana.
Me alegra que te guste, Cybrghost.
ResponderEliminarUn saludo.