“Al mal tiempo
hay que ponerle buena cara”, se dijo esa mañana frente al espejo esforzando un
mohín de alegría. Y al salir a la calle su optimismo incierto enseguida se
tornó real cuando comenzó a toparse con otras tantas voluntariosas sonrisas.
La alegría es contagiosa, como también lo es el "mal rollo". Así que ¿por qué no rebelarnos contra el pesimismo generalizado que parece inundar las calles? Gracias Yolanda. Un abrazo.
Excelente sugerencia, la alegría, efectivamente es contagiosa.
ResponderEliminarLa ilustración, muy original y divertida.
Besos.
La alegría es contagiosa, como también lo es el "mal rollo". Así que ¿por qué no rebelarnos contra el pesimismo generalizado que parece inundar las calles?
EliminarGracias Yolanda. Un abrazo.
Ojala fuese así, nos vendría fenomenal a todos. Sería un verdadero gustazo.
ResponderEliminarSolo hace falta ponerlo en práctica :-)
EliminarBesos.
Todos los días hay que hacer y tener un "mohín de sonrisas"
ResponderEliminarGracias por tu generosidad, besicos
A veces es difícil poner buena cara cuando no lo sentimos así, a mí me pasa. Pero vale la pena intentarlo.
EliminarUn abrazo, Cabopá.
Me gusta el tono positivo, hace falta.
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