lunes, 10 de junio de 2013

Toma-té

Hoy os dejo una ilustración. 
Si os inspira algún relato, la podéis llevar a vuestra casa :-)




4 comentarios:

  1. Sara, sigues transportando la imaginación alli donde posas el lápiz. Es una gozada ver tus dibujos.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Decía un sabio que el número de las casualidades, de los azares, es ciertamente incontable e incalculable, pero es probable que en todos los casos lleve a idéntico resultado.

    En secreto, Gloria, se nombra a sí misma Fortuna. Gloria piensa que en toda vida hay un puñado de acontecimientos que se transcienden a sí mismos, que adquieren la figura de símbolo o cifra de un destino. Esos acontecimientos se pueden agrupar en dos o tres conjuntos ( con intersecciones ). Cada conjuto es una línea principal de nuestra vida.

    No debemos entender esto como si esos episodios abrieran una puerta hacia nuestro futuro o decidieran un camino determinado. En realidad, se ha pasado ya por esa puerta, se ha seguido ya ese camino. El acontecimiento simbólico nos abre los ojos, nos dice dónde estamos. El azar, en fin, aporta elementos ( que pueden distraer ) a una escena cuyo sentido no es casual.

    A menudo Gloria recuerda con detalle y extrañeza un episodio de su infancia. Jugaba con sus amigas en el patio de su casa y su hermano las acababa de dejar sin la pelota. Alguien se ofreció a ir a su casa por la suya y, mientras esperaban, sustituyeron la pelota por una piedra. Pese a que tuvieron mucho cuidado de no romper nada, el fallido envío de Gloria acabó con el jarrón que se escondía, vergonzudo, retraído, en un rincón. La madre salió al oir el sonido no deseado y durante unos segundos el tiempo se detuvo indeciso. Gloria confesó angustiada y obedeció acompañando a su madre al interior de la casa. A solas, ésta le dio un beso y le dijo: " Te estoy muy agradecida. Ese jarrón era horrible, pero me lo regaló una amiga y no podía deshacerme de él. Eres buena e inteligente, sabrás guardar el secreto ". Su mente infantil le dio muchas vueltas a lo ocurrido. Lo que más le sorprendía era el hecho de que una trastada suya se hubiera vuelto mágicamente, en el beso más dulce jamás recibido. Si todo fuera así, pensó, nunca podría pasarle nada malo.

    En su adolescencia se convenció de que tenía una suerte excepcional. Decidió ponerla a prueba, y se presentó a un examen habiendo estudiado sólo cuatro de los siete temas que entraban. Jamás había bajado de sobresaliente, y esa vez tampoco lo hizo: ninguna pregunta cayó de la materia no estudiada. Sentirse agraciada era ya una manera de creer en la divinidad...






    Siempre dijo que conocerme ha sido lo mejor que le ha pasado nunca junto a aquel beso. Y ahora que he roto con ella, al hechizo de su secreto mi corazón se rinde. " Las nuevas ilusiones se van y vienen con un cantar " - dice -, que el amor no lo es todo en la vida de una mujer y de un hombre . A todo el mundo le pasan estas cosas . Gracias a Dios, el recuerdo de nuestro amor no es lo suficientemente fuerte como para no salir adelante. Sólo han sido veinte años juntos ". Nunca he sido menos estúpido que como amante suyo y nadie me habló nunca que el desafortunado en el amor es afortunado en el juego, que no se puede tener todo en la vida. Hoy es millonaria. Ha conseguido el mayor premio de la historia de las loterías de este país. Vamos, que no lo lleva tan mal... La desgracia, entre otras cosas, consiste en un no poder creer que empieza por uno mismo.

    ResponderEliminar
  3. Todo empieza por no mismo. Yo no creo en el azar, pero quiero pensar que todo lo que nos sucede en esta vida es para bien. Aunque solo nos sirva para aprender lo que no debemos hacer.
    Un abrazo, Amigo mortal. Y gracias por recordarme la inmensidad de tu escritura.

    ResponderEliminar

Gracias por dejar tus comentarios.