miércoles, 18 de mayo de 2011

Inspiración

Hubo un tiempo en que la vida chorreaba tinta por sus dedos; danzaban los duendes a su lado, jugaban con sus rizos, le susurraban rimas. Él escribía versos y les regalaba sonrisas. Creció y llegaron las musas literarias, amantes de la escritura seria y comprometida. Le trajeron libros, periódicos y una fama efímera. Ahora, abandonado en un geriátrico, recupera la inocencia de aquellos días. Aunque sus manos le tiemblan y ya no tiene rizos, los duendes danzan a su lado haciéndole cosquillas. 

15 comentarios:

  1. regresión inspirativa, vuelta a la espontaneidad, a la inocencia. me gustan estos relatos ilustrados.

    ResponderEliminar
  2. Toda una vida esbozada con precisos y delicados trazos.
    Una maravilla, Sara.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Al final volvemos a ser niños. Gracias, Raúl, por tu comentario. Un saludo.

    Gracias, MJ. Una vida resumida en un pequeño texto con rima, (es lo que pasa cuando susurran los duendes :) Un beso.

    ResponderEliminar
  4. El duende está en cada uno de nosotros, desde que nacemos. Unas veces se muestra y otras no. Al final solo nos queda el duende y la soledad, ambos fieles como perros.
    Un saludo Sara

    ResponderEliminar
  5. Precioso, y con el plus de un final optimista.
    Según se desprende de este micro, la esencia no cambia.
    El Principito acuerda con vos.

    Besos!

    ResponderEliminar
  6. Es verdad, Cormorán. El duende siempre está ahí, solo hace falta escucharlo.

    Concuerdo contigo, Patricia. Y con el Principito.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  7. Lo verdaderamente admirable del personaje - como de la autora - es su perseverancia hasta el fin. Si hacerse viejo es retroceder gradualmente en las facultades, el verdadero escritor nunca envejece, su espíritu es eterno...

    ResponderEliminar
  8. A medida que la persona se hace adulta, mas recuerda sus años mozos.
    interesante, profundo y bello texto.
    un placer pasar por tu casa.
    te dejo mi saludo y que tengas
    una feliz semana.

    ResponderEliminar
  9. ¡La vida entera en unas cuantas líneas! ¡La vida entera como una secuencia circular!... y es que así es, en definitiva ¿o al mirar atrás no parece un suspiro?. Difícil escribir en breve, lo logras de manera convincente. Mi gratitud por tu presencia en mi blog!
    Mi abrazo!

    ResponderEliminar
  10. Me regalaste una gran sonrisa, me ha encantado leerlo.

    Blogsaludos

    ResponderEliminar
  11. Muchos de nosotros estamos en la mitad de la vida, es un período en que tendemos a volvernos más "serios", a buscar logros y resultados. Es el momento de pensar si en la vejez queremos recordarnos por lo que conseguimos o por lo que disfrutamos (y, por qué no, por ambas cosas).
    Gracias Amigo Mortal, Ricardo, Eva y Adivín por vuestros amables comentarios.
    Abrazos fuertes.

    ResponderEliminar
  12. Bello relato con personaje cerrando el círculo de la vida. Un abrazo

    ResponderEliminar
  13. Es todo muy sencillo, aunque nos pasemos media vida intentando complicárnosla. Los duendes nunca se rinden :)

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  14. Es precioso! Ahora me gustaría saber qué fue primero, el texto o la ilustración. Y prometo procurar no ser tan pesada. :) Un abrazo.

    ResponderEliminar

Gracias por dejar tus comentarios.