El hombre tropieza en plena calle con una lata de refresco, cayendo aparatosamente sobre una papelera a rebosar. Los restos de bocadillos, papeles y chicles ensucian su elegante traje hecho a medida. La gente lo observa en improvisado corro. Él se sacude las ropas, abstrayéndose así hasta que los transeúntes se dispersan. Entonces se levanta sin aspavientos y recobra la compostura, pensando que, al menos, nadie conocido ha visto la escena y que nunca sabrán de su incómodo percance.
No advierte que lo han grabado con un móvil y que en pocas horas el vídeo estará colgado en YouTube.
Muy real, hoy día mucho me temo que esa frase ya ha quedado obsoleta, me refiero a la del título. Es difícil.
ResponderEliminarUn micro muy actual, Sara
Besos.
Ya nada pasa desapercibido actualmente, Elysa. Hay un Gran Ojo que todo lo mira. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
ResponderEliminarEs terrible que no podamos mantener el anonimato. Me horroriza, sinceramente, pero es lo que hay :-(
ResponderEliminarTu micro, impecable, Sara.
Un besote.
Tremenda casualidad!!!Las dos hemos pensado en un protagonista que está siendo filmado.
ResponderEliminarEse Gran Ojo, me causa verdadero espanto.
Gran micro, Sara.
Un abrazo
La más avanzada tecnología en manos de la barbarie. Por desgracia, no es algo nuevo.
ResponderEliminarAhí tenemos a un futuro presentador de la televisión sensacionalista que alimenta este tipo de conductas. De todos modos, parece como si ese señor tuviera prohibido tropezar, dar un traspié o un mal paso. Ni tan chato, ni tan narigudo.
ResponderEliminarEs dificil mantener el anonimato, MJ, y más en esta gran red.
ResponderEliminar¿Has visto, Patricia? Leí tu micro justo antes de colgar el mío y pensé lo mismo. Gran casualidad. Aunque tu tema es muy fuerte...
La barbarie, Luis, usa cualquier medio para manifestarse.
Hola, Anónimo. Es parte de nuestra naturaleza tropezar y caer, y también levantarnos. Quizá lo que más molesta es no poder dejar ese traspiés en el pasado porque una grabación te lo recuerda reiteradamente en el presente.
Gracias por vuestros comentarios.
Abrazos.
La condena de las nuevas tecnologías. Ya no puede uno ni caerse.
ResponderEliminarAbrazos muchos,
PABLO GONZ
Quizá lo que nos queda, Pablo, es tomarlo con sentido del humor, y mucho aguante. Abrazos grandes.
ResponderEliminarInevitable hoy día que miles de ojos ávidos de diversión se posen en las fatalidades de los demás...
ResponderEliminarMuy buena instantánea de la actualidad cotidiana Sara.
Un abrazo
Gracias, Acapu. La realidad cotidiana, como tú bien sabes, es una fuente inagotable de historias. Besos.
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