viernes, 17 de junio de 2011

Ejemplar

El momento que se ha ido para siempre es aquel desperdiciado. Manuel lo sabe, por eso no cesa un instante en sus quehaceres para cumplir los objetivos. Aunque reconozco que es algo maniático en la calle. Cuando anda por la acera solo pisa el centro de las baldosas –si son pequeñas va de puntillas- mientras se las ingenia para sumar las matrículas de los coches rojos. En las escaleras cuenta los peldaños en voz alta; y si no hay más remedio y debe subir en ascensor se arrima a las paredes –o a algún anónimo acompañante- y reza implorando tierra firme. Sin embargo, una vez que llega a la oficina todas estas cuestiones quedan superadas. Se sienta presto en su silla, enciende el ordenador y ya nada lo distrae de sus tareas. Manuel es metódico, ordenado y sumamente puntual en la entrega de sus informes. Es un buen muchacho, trabaja que es un gusto.


Este micro surgió participando en los juegos preparatorios para el Vendaval de Micros 2011.

La frase de inicio del relato ““El momento que se ha ido para siempre” es la frase final de una novela, escogida por el autor del relato anterior como frase final de su relato.
 
La frase que yo escogí para el final “buen muchacho, trabaja que es un gusto”, es la última de un libro de mi autor favorito.

7 comentarios:

  1. Manuel, un hombre con muchas manías pero cuando llega al trabajo se transforma en un individuo ejemplar.

    Has hilado un micro fantástico, Sara.

    Un abrazo.

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  2. El hecho de que padezca unas cuantas manías no quita para que Manuel sea un tipo cumplidor ¿no?

    Besos

    PD: las dos frases, la inicial y la tuya final, se las traen, jajaja

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  3. Muy bueno Sara, en esas manías no hay gran delito, verdad?
    Y Manueles hay muchos...
    Abrazo!!

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  4. Encanto de micro!
    Me recuerda a un película que en Argentina tradujeron como Mejor Imposible, con Jack Nicholson. Se trata de un escritor maniático. La viste?

    Besos

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  5. Gracias, MJ. Manuel solo necesita de un lugar conocido, rutinario y ordenado para "funcionar" bien. Y en la calle se asusta, entonces sus manías le ayudan a abstraerse.

    Parecía difícil que las frases encajaran juntas, Elysa. Pero al final salió algo más o menos coherente.

    Sí que hay muchos Manueles, Sucede. Y ¿quién no tiene alguna manía...?

    No la recuerdo, Patricia. Pero la buscaré para verla.

    Gracias por vuestros comentarios.
    Abrazos fuertes.

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  6. Creo que Manueles somos todos. Llevamos varias vidas diferentes a un tiempo que es la única vida de la que disponemos. En cada una de ellas actuamos de una forma diferente, buscando, quizas, una compensación entre todas ellas.
    Un saludo Sara

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  7. Así, es, Cormorán. Ante cada situación actuamos de forma diferente.
    Gracias por aportar comentarios tan certeros e interesantes en todos mis relatos. Es un placer.
    Un abrazo fuerte.

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