Pronto dejaré
de existir, me lo dijo una adivina y yo le creo. Ella dice que las líneas de mis
manos se bifurcan hacia caminos imposibles, cuyo único final es un barranco; por
ello he decidido esperar aquí, al borde del precipicio, el ineludible empujón
del destino.
Así es, Sara, no hay como poner de nuestra parte todo lo posible para que se confirmen los vaticinios.
ResponderEliminarMuy bonita también la ilustración.
Un abrazo.
Si creemos en lo que nos cuentan al final se cumple...Mejor ser un poco incrédulo.
ResponderEliminarBesos desde el aire
PD. Me encanta el dibujo.
Allí estaba:" Al borde del precipicio ", sepulcro de todas mis meditacines, cuando: ¡ zas ! Un beso impetuoso, semejante al que se dan los que fueron amantes, vino a sacudir mi entorpecida existencia: " No duermas dos veces en el mismo sitio ; desea siempre un lugar que no hayas visitado aún " me dijo. Desde entonces, es el mundo para mí un lugar sin nombre y mis sueños dan vueltas y vueltas...
ResponderEliminarGenial tu micro, Sara.
Añado otro final.
Un beso.
Estupendo y breve tratado sobre una rendición.
ResponderEliminarBesos, Sara.
Como un cordero camino del matadero decidió no hacer nada para cambiar su destino. Sí, hay personas así.
ResponderEliminarUn beso, Sara.
Hay que intentar que esas predicciones no se cumpla, se puede.
ResponderEliminarEstupendo micro.
Besitos
Genial!!!!!
ResponderEliminarPara aprender y aprehender
Vaya. He inventado una palabra. He puesto " meditacines " en lugar de meditaciones. Sinceramente, Sara, el micro da para pensar mucho. La verdad original de la vida es su vivacidad y esa vivacidad es consecuencia de ser mortal, finita: la vida está tejida de muerte. Pero al aceptarla con tanta resignación el personaje, los conceptos vida y muerte, la vivaz y fúnebre unidad vida- muerte queda rota y lo único que hay, como han reflejado certeramente veintiuno y MJ, es " un verdadero tratado de rendición ". La realidad de cada persona supera toda significación de las cosas y tú lo has reflejado magníficamente.
ResponderEliminarSara lo he leído primero en 280 y punto, me ha encantado.Azar, suerte, destino...estamos siempre transitando por ese precipicio...
ResponderEliminarUn abrazo
Precioso dibujo, así es la vida un ejercicio de equilibrio permanente...
ufffffffffff que vertigo me está entrando...
ResponderEliminarBesazos enormes
Alguien le da medio destino y ella lo completa conforme a su interpretación. ¿No sería mejor que leyese en esos caminos imposibles futuros increiblemente felices? Y de empujón del destino nada. Es ella la que busca la ráfaga que la tire.
ResponderEliminarSara, estupendo relato. Me he reído mucho. Si hiciéramos caso de todo lo que el "destino" nos tiene escrito... al nacer iríamos directo al grano.
ResponderEliminarMuy original, me encantó.
Un beso.
Así es la vida para muchos, amantes del riesgo o loc@s en general, nos gusta o no podemos evitar vivir al borde del precipicio.
ResponderEliminarQué bien volver a leer tus microrrelatos y contemplar tus ilustraciones, Sara :)
Un abrazo
Del azar, del destino puede decirse sólo una cosa: que suele ser cicatero.
ResponderEliminarEs eso, Elisa. Nuestros pensamientos y acciones van creando nuestra realidad.
ResponderEliminarRosa. Mejor no creer en vaticinios, ya que limitan nuestro camino.
Me gusta el final que propones, Amigo mortal. Todos los caminos son abiertos, aptos para ser recorridos.
Veintiuno. Se ha rendido, sí. Algunos piensan que la vida es solo esperar a que llegue la muerte.
MJ. Es una pena pero, como dices, hay personas así.
Elysa. Pasa como con las predicciones de la bolsa: si dicen que tal empresa entrará en quiebra, ésta baja en bolsa y entra en quiebra :)
Gracias, Patricia. Un beso.
Hola Xavier: Es verdad que con el dibujo quise representar esa vida en permanente equilibrio para no caerse al vacío.
Dani: A mí también me daría vértigo esperar al borde del precipicio.
Montse: Este micro lo escribí para las microjustas con el tema "bruja" (en vez de adivina), pero al final no lo envié, pensando que no la verían aquí reflejada como "malota". Veo que tú si :)
No lo había visto así, Nicolás, pero tienes razón. Aunque nacemos para luego morir, ese intervalo de tiempo que queda en medio (la vida) es lo importante, la razón de existir.
Qué bueno verte de nuevo, "Acapu". Y qué ganas de disfrutar otra vez de tu blog.
Abrazos para todos. Me encanta leer vuestros comentarios, aprendo mucho con ellos.
Llevo todo el día pensando en este relato (menos el tiempo que he estado con el psiquiatra, claro). Me parece muy sugerente.
ResponderEliminarMuy buenas las ilustraciones, afiladas y delicadas como si las moviera el viento.
ResponderEliminarEn cuanto al relato, me ha gustado mucho esa imagen de alguien esperando frente al barranco al que llevan las inevitablemente mortales líneas de sus manos.Menos mal que los adivinos no saben que las manos, con o sin lineas, pueden agarrar el destino y moldearlo a su antojo.
Un saludo.
Jose Antonio: Ten cuidado, que si piensas mucho en este relato te puede salir a ti otro mucho mejor :) Me encantó el que has publicado en tu blog. Un saludo.
ResponderEliminarCDG: No había pensado en ello, pero tienes razón. En nuestras manos está marcado el destino y, a su vez, está en nuestras manos cambiarlo.
Un abrazo.
He llegado acá por otro blog. Y he decidido quedarme para seguir leyendo y degustando los dibujos. Vaya que es bonito poder ilustrar una historia con letras y trazos.
ResponderEliminarHola Eskimal. Bienvenido. Es verdad, escribir e ilustrar a la vez es un doble disfrute.
ResponderEliminarUn abrazo.