Era igualito a mí, con su pelo negro e hirsuto y las orejas de soplillo. Recuerdo que hasta nuestro carácter era el mismo. Si lo miraba feliz, él sonreía. Y cuando yo gritaba, él abría la boca, mudo de rabia. Entonces yo embestía mi frente sobre su rostro resquebrajado y mi puño sangrante contra el suyo hecho añicos.
La imagen es poderosa, impacta, el micro trasmite la desesperación del pobre hombre.
ResponderEliminarSaludos
Hay veces que a quien menos se soporta es a uno mismo.
ResponderEliminarMuy visual, me gustó.
Uf! qué golpe, como dice Cybrghost a veces a quien menos se soporta es a uno mismo.
ResponderEliminarMe gusto en su crudeza!
Sara, es potente el micro y la imagen. Sin duda, se siente desesperado y no se soporta. Pero, ¿qué culpa tiene el espejo de eso?
ResponderEliminarUn beso.
Creo que el adjetivo que toca hoy y que mejor define tanto texto como dibujo es: IMPACTANTE.
ResponderEliminarEres grande, Sara y yo te aplaudo.
Un beso enorme.
Me uno a los comentarios,impactante,tanto texto como dibujo,es un placer pasarse por aquí.
ResponderEliminarPotente tanto la imagen como el micro pero... ¿por qué tanto odio a sí mismo? Me he quedado con la duda, la verdad. ¿O es que quiero más?
ResponderEliminarPues yo cambio el adjetivo impactante, por "impresionante", que viene a ser parecido. Tanto el micro como el dibujo. ¡Cuántos registros tienes Sara!, y ¡qué buenos todos!.
ResponderEliminarUn beso de película ...
A mí me parece el retrato de la locura, un hombre con alguna terrible enfermedad mental. Impresionan mucho texto e imagen, muy potentes. Eres una maga de las sensaciones. Un beso.
ResponderEliminarSomos tan iguales a nosotros mismo, que cuando intentamos comprendernos, nos herimos.
ResponderEliminarMuy bueno.
Impactante dibujo, también.
Besos
Paloma. Cuando escribía el micro imaginaba el rostro "fragmentado" -como el carácter del protagonista- que luego plasmé en el dibujo. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Cybrghost. Me alegra verte en mi blog. Este micro va de esas imágenes de nosotros mismos que a veces nos resistimos a ver...
Un abrazo.
Juanlu: Todo está bien cuando hay sonrisas; pero cuando afloran las "malas ondas", el inconformismo, la agresividad... ya ves :-)
Nicolás. Golpea su reflejo como si golpease a otro, que ¡oh, casualidad! es tan agresivo como él :-)
Un beso.
MJ: ¡OH! Gracias. Es que lo agresivo impacta!
Gracias, Byron. Y siempre es un placer recibir tus visitas. Un saludo.
Luisa: Quién sabe por qué. Tal vez no sabe canalizar su agresividad ( mejor entonces que se ensañe solo con su reflejo :-)
Laura: Ya ves lo que me ha salido este domingo: un micro un tanto fuerte junto a una pintura en blanco y negro con acuarelas... Hay que variar a veces!!
Abrazos fuertes!
Mar: Es verdad, su propia personalidad parece fragmentada. Y admito que el hombre del dibujo parece un poco desquiciado :-)
ResponderEliminarUn beso.
CDG: Dicen que las personalidades más incompatibles entre sí son las de aquellos que, paradógicamente, más se parecen. Supongo que es porque vemos reflejado en ellos eso que no nos gusta de nosotros mismos. Eso le pasa a este hombre, que no se acepta ni se comprende.
Abrazos.
Entiendo que se deshizo del espejo roto, habla de él en pasado. Quizá no sabe que ese tan igual a él le acecha aún al otro lado, bastría con asomarse a cualquier otro. El dibujo es tremendo.
ResponderEliminarAbrazos.
Quizá el secreto esté en comprender que únicamente llegamos a nosotros mismos cuando hemos madurado lo suficiente como para no importarnos el reflejo de esa imagen o dejar de ser nosotros mismos.
ResponderEliminarEl personaje ve como una amenaza la disonante proliferación de voces que escucha en su interior. Teme que en ocasiones estas voces canten a coro dando la sensación de una falsa armonía pletórica y, aunque sabe que tarde o temprano se abrirán grietas por las que asomará de nuevo aquella vociferante multitud de su alma, no deja de tenerle miedo, pues comprende que no se puede acabar dos veces con los mismos fantasmas. Se ha matado cinco o seis veces y nunca ha muerto. Sin duda le falta lo decisivo para que surta efecto en él el poder del amor: no ser un alma echa pedazos...
La vida nos acompaña pero muchas veces nosotros no la vemos.
ResponderEliminarSaludos
El dibujo es tremendo, igual que lo que cuenta el micro.
ResponderEliminarExcelente, Sara
Besitos
La ilustración es genial, y el conjunto con el micro transmite la terrible dureza de un momento así.
ResponderEliminarUn abrazo Sara
Yo he visto a un hombre enfermo, quizás con el "síndrome del espejo", se mira pero no se reconoce a si mismo. Muy bueno Sara.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Tanto el dibujo como el micro tienen una fuerza impactante.
ResponderEliminarComo siempre, Sara, tus creaciones sorprenden.
Tienes una creatividad asombrosa, mi niña.
Un abrazo.
Qué desazón transmiten el dibujo y el relato, con pocas líneas y tan solo dos colores.
ResponderEliminarUn beso
Romper la propia imágen, un sustituto light de la autodestrucción.
ResponderEliminarExcelente dibujo y excelente micro.
Un beso grande
Miguel Ángel: Como dices, ese "otro yo" seguirá acechándolo.
ResponderEliminarAmigo mortal: Lo has dicho todo y lo has definido tan bien... Aunque no hay que subestimar el poder del amor, que tal vez sería capaz de unir los trozos de su alma. Un fuerte abrazo.
Advín: La vida ya la tenemos y por eso no reparamos en ella. Solo vemos la muerte que está por llegar.
Gracias, Elysa. Espero que te encuentres muy bien!
Ximo: Me alegra que el texto y la ilustración logren un buen conjunto. No siempre lo logro :-)
ResponderEliminarAbrazos.
Rosa: No conocía lo del "síndrome del espejo" y puede ser que eso le pase al protagonista. Un beso.
Juglar: Como todo, la creatividad va y viene. Así que hay que aprovechar cuando se halla cerca :-) Gracias por tu amable comentario. Un saludo.
Ana: Es que en los microrrelatos, menos es más :-) Un beso.
Pablo: Es como hacer "vudú" con nuestro retrato. Pincharnos salvajemente sin que nos duela...
Un saludo.
Sara, alguna vez más ya he pasado aunque no hubiera comentado. Y tu blog era una de las cuentas pendientes que tenía hace tiempo.
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