domingo, 22 de septiembre de 2013

La templanza

Limpiamente y sin vacilar, la joven traspasa el agua de un cántaro a otro. No repara en que la tierra que se halla entre sus pies, sedienta, le pide a gritos que derrame al menos unas gotas.



10 comentarios:

  1. A veces es cuestion de escuchar. Perdona por la falta de acento es que mi ordenador esta tarde esta pesado.
    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Escuchar y dejarse llevar un poquito por la intuición y no tanto por la razón.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Y si lo llevamos a la vida real... ¿Cuántas semejanzas!
    Un beso, Sara.
    HD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Toda semejanza con la realidad, no es pura coincidencia.
      Es tan importante la templanza y el equilibrio, siempre, como a veces un poquito de caos.
      Un abrazo, Humberto.

      Eliminar
  3. La joven de los cántaros hacía un papel en una obra de teatro intercultural e internacional.
    Hacía de Justicia por el equilibrio hídrico de la humanidad, por lo que ciega y sorda, recibió un aplauso sonoro de todos los que no pasaban sed.

    Si me permites. Puede tener tantas lecturas, que opté por esta. Un abrazo y feliz semana, Sara.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro que tiene múltiples lecturas, literal y metafóricamente hablando :-)
      Muy divertida tu historia.
      Un abrazo, Albada.

      Eliminar
  4. Siempre vamos a lo que nos conviene sin ver las necesidades del otro.
    Besicos muchos.

    ResponderEliminar

Gracias por dejar tus comentarios.