Él se escondía entre la
muchedumbre bajo el disfraz de anónimo paseante. Cuando se creía reconocido en
los rostros de la gente, bajaba la mirada y seguía caminando. Sabía que quiénes
lo perseguían se mimetizaban con el resto; por ello desconfiaba de cualquiera
que se le acercase, ya fuese con gesto adusto o exquisita educación. Ese
invierno helador se le hacía más difícil escapar de ellos. Por las noches lo
venían a buscar en un furgón y con amabilidad le ofrecían cama y comida
caliente; pero él nunca caía en la trampa y conseguía escabullirse.
Sara, me ha gustado este micro, y ese dibujo que para mí es una alegoría de la soledad, ataviada con su atillo lleno de olvidos y de recuerdos, ese bastón para aguantar el peso de la vida, y como toda compañía un gato. Algunas veces los caminos de la vida se tuercen,y hasta la cabeza nos abandona.
ResponderEliminarBonito micro, como siempre, excelente dibujo.
Un abrazo
Me encanta Sara, micro y dibujo...que pena que cada vez sea una triste realidad más común el ver personas viviendo o recogiendo comida de los contenedores de la basura...¿hasta cuándo seremos capaces de soportar esa situación?, cuándo equilibraremos este mundo?
ResponderEliminarUn abrazo!
...me gusta el rosa del dibujo, y los detalles...muy, muy bueno.
En posesión de ella o en forma de privación siempre ves la vida como libertad, Sara. La vida humana es libertad, el furgón es su negación, pero siempre hay un remoto horizonte de esperanza: Nadie puede anular la libertad personal. El personaje ejerce la libertad personal pese a quien pese y cueste lo que cueste. Pueden las situaciones reales reducir angustiosamente la libertad - como acertadamente comentan Xavier y Juanlu -, pero no anulan la condición libre del hombre, que mantiene mientras vive como puede...
ResponderEliminarMuy bello, Sara.
Un abrazo.
Este me descoloca. He estado pensando en todas las criaturas, racionales o no que pueden vagar así por cualquier calle y todas encajarían pero no encajan. ¿Algo diferente a nosotros, tal vez? ¿U otra obviedad que pasamos por alto? Escribes elegante. Tenía esa sensación hace tiempo y hoy por fin he conseguido expresarla.
ResponderEliminarAl leer tu relato se me ha venido a la cabeza un esquizofrénico confundido en sus delirios.
ResponderEliminarMuy triste y muy bueno Sara.
Besos desde el aire
No sé bien qué pensar del protagonista de este micro. Tal vez la soledad le ha transformado en un ser excesivamente desconfiado.
ResponderEliminarUn beso.
La vida es de cada uno, verdad??? y que no nos digan....
ResponderEliminarBesazos enormes
Lo había leído y lo seguiré leyendo porque me gusta. El dibujo es espectacular, sincronizado a la perfección con el texto. Me he deleitado cuando lo agrandé. Animo a hacerlo.
ResponderEliminarUn beso, Sara.
Sara, muy bien reflejado el problema de la emigración. Estar en situación ilegal debe crearte una paranoia muchas veces justificada y otras la costumbre. Ojala el mundo fuese menos difícil.
ResponderEliminarMe gusto mucho, un abrazo.
Muy bueno. Conozco a varias personas que prefieren vivir libres en la calle, a su aire, y comer lo que rebuscan en la basura o mendigan, antes que en una institución. No sé si están locos o saben algo que a mí se me escapa. Un beso.
ResponderEliminarUn micro muy interesante que nos proporciona un punto de vista diferente. Me gustó. Entiendo que aquel que está solo en las calles, al que la sociedad le ha dado la espalda, al final, desconfíe de todos y de todos. Es muy logico.
ResponderEliminarY muy triste.
Hay personas así, tú la describes muy bien, rechazan estar en cualquier institución, a veces saben expresar sus motivos, otras no. Prefieren vivir en la calle.
ResponderEliminarBesitos
Sensacional micro. Una vista la tuya, Sara, extraordinaria, literal y humana.
ResponderEliminarUn saludo desde Ínsulas.
Hola Xavier: Así es, el mundo gira y todos giramos con él; algunas personas paran o se desvían por propia voluntad o por que no tienen alternativa. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarJuanlu: Es tan difícil el equilibrio del que hablas... Somos tan diferentes que, incluso si se repartiera equitativamente la riqueza, algunos preferirían vivir en la calle y otros aspirarían a tener más que lo que tienen.
Me alegra que te guste el dibujo. Es de una serie que hice hace tiempo de mi propia "versión" de los arcanos del tarot.
Amigo mortal: En ello pensé cuando lo escribí: hay gente que elige la calle como una opción personal de libertad, porque huye, tiene miedo o piensa que la sociedad es su enemiga.
Hola Montse: No pensé en un ser diferente al escribir el micro, solo en un hombre que se siente perseguido por alguna razón, un refugiado en las calles, con los múltiples sentidos que abarca.
Rosa: puede ser esquizofrenia, paranoia... tantas cosas.
MJ: Puede ser la soledad continuada lo que le hace huir de la gente, o un contacto anterior con las personas equivocadas...
Dani: Así es, cada cual vive la vida como quiere...
Hola Daniel: Este micro lo escribí el invierno pasado para 280 y punto, veo que lo recuerdas. El dibujo tiene muchos detalles, sí, como los que me gustan :)
Nicolás: Es una situación que se suele dar entre los ilegales, que piensan que si reciben ayuda oficial corren el riesgo de ser deportados a sus países.
Mar: no es fácil saber las razones que instan a una persona a actuar de determinada manera.
Luisa: Vaya si es triste esa situación. Tal vez el propio orgullo les lleva a no aceptar ayuda de quién, según ellos, les dio antes la espalda.
Elysa: Todos sabemos que es difícil ayudar a quién no se deja...
Hola, Rublo: Gracias por tu comentario. Un saludo.
Abrazos fuertes para todos!
La ilustración parece la imagen de un sueño, el retrato de un caballero con su bastón. Caballero que ha elegido que su castillo no tenga tabiques.
ResponderEliminarSara, la ilustración me ha recordado las que hizo Rafael Alberti sobre las estaciones y el abecedario, tanto las suyas como la tuya me parecen maravillosas.Un beso
Desolado, crudo, tan real que duele
ResponderEliminarGran micro, Sara
Un abrazo
Hola, Ana. Los dibujos de Rafael Alberti sí que son maravillosos. Gracias por tu amable comentario.
ResponderEliminarHola Patricia. Este micro es solo una mínima porción de esa triste realidad.
Un abrazo.
Me suena haberte leído este micro hace tiempo. No se me olvida porque es muy bueno. Pero no recuérdo dónde lo publicaste.
ResponderEliminarUn abrazo, Sara