Ilusionado oyó el sonido del
timbre. Desde que perdiera la luz de
sus ojos era su primera cita a ciegas. Abrió la puerta y entró su intenso
perfume. Sus labios de melocotón en la mejilla susurraron palabras tiernas con
aliento a menta. Tomó su mano y la acompañó al sofá. Ella hablaba despacio, con
dulzura. Él escuchaba hasta sus silencios. Poco a poco se fueron acercando,
palpando con sus manos la imagen que la vista les negaba. Las caricias
reavivaron sus sentidos antes dormidos en la oscuridad.
lunes, 31 de octubre de 2011
sábado, 29 de octubre de 2011
Noctámbulo
Ojos oscuros acechando en la
esquina, un viejo gruñón silbando melodías, pasos chirriando en la acera
resbaladiza; mis pies, caminando a la deriva. Ciudad
desierta y a la vez despierta de sonámbulos e insomnes. Transeúntes aletargados
en las sombras. Anónimos visitantes de las plazas sentados en las fuentes,
mirando la noche de farolas por estrellas, de carteles luminosos tapando la
luna, de ruidosos coches cubriendo el silencio de una habitación triste y
vacía. Muda soledad sin tu presencia. Salgo a la calle. Camino a la deriva.
jueves, 27 de octubre de 2011
Invisible
Un rasgo
que me caracteriza es la templanza en situaciones difíciles. Sin embargo, esa
noche de estío y sudor entre las sábanas no pude más que gritar cuando sucedió.
Sus finísimos tentáculos se introdujeron como agujas en mi piel, buscando más
que unas venas colmadas de sangre. Él echó raíces sobre mí plantando su enorme
peso sobre mi cuerpo, estrujándome vigorosamente contra la cama. De mi boca
borbotaron palabras ágilmente acalladas con la suya. Solo mis ojos, abiertos de
pavor, no lo percibieron.
Este es mi pequeño cuento de terror para el
Aquí podéis leer las bases del concurso.
martes, 25 de octubre de 2011
El plan B
Blanca
y el cazador hacen un alto en el camino. Él sabe que es el momento idóneo para
cumplir el encargo de matarla, pero no se atreve, cautivado por su belleza. Ella
recoge varias manzanas de un árbol y se sienta tranquilamente a degustar su
fruta favorita.
En
palacio la madrastra sonríe victoriosa ante el espejo. Sabedora de las
debilidades de ambos, ha fumigado con veneno todos los manzanos del bosque.
lunes, 24 de octubre de 2011
Incertidumbre
“Tus
palabras encierran grandes verdades… ¡Libéralas!” Eso me digo a mi mismo en
sueños. Sin embargo, cuando despierto, me parece una vil mentira; así que todo me
lo callo y me lo guardo hasta que llega la noche, el momento en que mis sueños
vuelven a hablar por mí.
sábado, 22 de octubre de 2011
Autoevolución
Su rostro estaba dividido en dos partes que no
se comprendían y, quizá por ello, se rechazaban. A riesgo de quedarse bizcos,
sus ojos se miraban mutuamente de reojo. Un día, tal vez por el hartazgo o la
costumbre, comenzaron a aceptarse y a mirar, al fin, hacia adelante.
jueves, 20 de octubre de 2011
Miradas que matan
Me gusta
cuando tensas el arco de tus cejas; de tus ojos salen chispas disparadas como
flechas. Aunque duela me gustaría ser al menos la diana, pero me ignoras,
malgastando tu inocencia con ese crápula que ni siquiera te respeta. Mírame,
vamos, quizá te sorprendas.
miércoles, 19 de octubre de 2011
La rueda de la fortuna
Gira y gira sin pausa, nunca
para de girar. Rueda como un enorme imán atrayendo todo lo que toca; sin
embargo a algunos los repele –como a aquél hombre de la plaza– y no se sabe
bien por qué. Aunque él no lo considera una desventura, al contrario, se pasa todo
el día plácidamente sentado, mirando con lástima a los que giran incansablemente
con la rueda para no perder la fortuna.
lunes, 17 de octubre de 2011
El retraso
Aquella tarde de estío me encontré en esas calles angostas y empedradas maldiciendo la humedad
que empapaba mi esmoquin y odiando los zapatos puntiagudos que tú, obstinada,
me obligaste a comprar. Me parecía que nunca llegaría a la Iglesia aunque
faltasen solo cuatro manzanas: de repente me hallaba en un encierro donde los
toros venían hacia mí y yo no tenía más remedio que correr en sentido
contrario; o un grupo de zombis salía de las alcantarillas y yo huía despavorido
trepando muros hasta llegar, exhausto, a los techos; o una luz cegadora me
abducía al espacio justo antes de decir: “Sí, quiero”.
Discúlpame,
mi amor, por llegar tan tarde. Ahora por fin, después de años de terapia, puedo
ver con claridad que los obstáculos solo estaban en mi mente.
sábado, 15 de octubre de 2011
Selección de microrrelatos
Estos son algunos microrrelatos con los que participé en la "Sortija"
de las Microjustas Literarias.
Olvido
Ella tenía un nombre, pero se le perdió al doblar la esquina. Una senil cortina velaba sus recuerdos. Dio vueltas y vueltas sin poder recuperarlo. Lo pilló en el autobús que la traía a casa, pero en el portal volvió a escabullirse. Tanteó en los buzones. Allí estaba.
Incomunicación
Mientras el hombre aguarda, solo en la estación, la llegada de su tren, una mujer llora su partida. Él no se sabe querido, por eso se va.
Perspectiva

Transformación
Me encontré
con mi reflejo en el espejo y no quise devolverle la mirada. No era la imagen
que tenía de mí misma, era yo realmente y me asusté. Me sabía al dedillo la
lección sobre la metamorfosis, pero no estaba preparada para un cambio tan
drástico.
Demasiado
pesada
Ella se
sienta a la mesa y, después de comer, vomita la vida para verse de muerte en el
espejo.
Control
Solo dos
días faltaban para el suicidio masivo. Sin saberse sugestionados, ellos vivían
su vida con absoluta normalidad, como si nada fuese a suceder cuando la nave,
en un afán por tomar el control, hiciese sonar las alarmas de evacuación
incitándolos a saltar al espacio.
Despedida
Nada borra
el tiempo mejor que aniquilar recuerdos, ni siquiera el olvido los mata; por
eso guardé nuestra historia en una caja de madera y la llevé en barco hasta los
arrecifes de coral en que nos conocimos. Antes de lanzarla al mar la besé y
cerré el ataúd.
Desconsuelo
divino
El suelo se
quiebra y la turba se quema. Unas montañas tiemblan mientras otras escupen
fuego. El cielo gris llora su melancolía inundando el mismo mar hasta no dejar
ver la tierra. Mientras afligido contemplo el final, el hombre espacial busca
otro planeta para destruir.
Villano
Lleva largo
tiempo en la claustrofóbica intimidad de su celda de aislamiento maquinando con
sumo detalle su plan de escape. Por fin los guardias se lo llevan a su antigua
celda donde le espera un nuevo compañero. Observa su juventud y delicadeza.
Posterga su huida una vez más.
jueves, 13 de octubre de 2011
La pérdida
El niño, encaramado sobre una
silla, declama
con fervor su poema. Los demás miembros de la familia –concentrados en sus
quehaceres– no le prestan atención. El pequeño entonces afina la voz y comienza
de nuevo. Esta vez recita más alto, con más fuerza y entonando mejor, pero nada. Su
madre continúa fregando los platos con la mirada perdida en el amarillo de la
esponja; su padre, arrellanado en el sillón, se abstrae detrás de las páginas del periódico y su hermana, encerrada en su habitación, se afana en
escribir en su diario el dolor que todos se han negado a admitir en voz alta.
Harto de sentirse ignorado, el niño se dirige a la terraza y allí se enfunda con una sábana blanca robada del tendedero. Resignado vuelve al salón convertido en un clásico fantasma. Piensa que así, al menos, les dará un buen susto.
Harto de sentirse ignorado, el niño se dirige a la terraza y allí se enfunda con una sábana blanca robada del tendedero. Resignado vuelve al salón convertido en un clásico fantasma. Piensa que así, al menos, les dará un buen susto.
martes, 11 de octubre de 2011
La fuerza
Después de
cruzar desiertos agrestes y peligrosos valles, Nakaule ha llegado por fin a la gran
ciudad. Llueve torrencialmente y ella se percibe como una de esas pequeñas gotas que desaparecen en las calles. Guarecida entre ropajes de nubes y
efímeras tormentas, intenta vislumbrar la luz a través de ese denso manto de
inseguridades bajo el que se esconde. Finalmente lo consigue y se decide a
salir de su refugio mucho antes de que mejore el tiempo, ya que sería más duro
para ella esperar sin hacer nada, sin intervenir. Y aunque allí afuera se moja,
eso sí, se siente viva. Incluso cuando cesa la lluvia y el gris no cede el paso
a los vivos colores, ella se empeña con fuerza en no dejarse doblegar por las
fieras que arrecian en esa gran selva de hormigón.
lunes, 10 de octubre de 2011
El otro efecto mariposa
La mariposa
sentía una inmensa responsabilidad: creía que nada ocurría al otro lado del mundo
si ella no movía sus alas; así que aleteaba frenéticamente, con ímpetu e
ilusión. Un día sintió la necesidad de ver con sus propios ojos los cambios que
producía su esfuerzo y levantó vuelo. A medida que se dirigía hacia el sur se
fue encontrando con tierras más cálidas, más sedientas, más hambrientas y
desfavorecidas. Su lejano aleteo parecía haber sido inútil. Derrumbada y triste
se posó sobre una raquítica rama y lloró. – ¡Para qué seguir intentándolo! –sentenció
abatida, y aquietó sus alas. Cuando cabizbaja miró al suelo y reparó en cómo
trabajaban las hormigas, comprendió que su simple aleteo había sido
insuficiente. Entonces regresó a su hogar, dispuesta a convencer a las demás
mariposas de que debían batir sus alas todas juntas y al unísono para provocar
un gran cambio.
Esta bella ilustración es de Juanlu.
Este microrrelato participa en la propuesta de microrrelatos ecologistas de Luisa.
sábado, 8 de octubre de 2011
El castigo
Recuerdo
como si fuese hoy aquellas palabras de Jacinto:
“¿Por qué me mira así, Don Paco?
No fui yo el que apedreó su ventana, yo solo pasaba por aquí. No obstante, he
visto un chico salir corriendo hacia ese callejón. Ahora que lo pienso, se
parecía mucho a usted. ¿No habrá sido su hijo, verdad? El muy pillo. No se
preocupe, ya volverá. Aunque si lo espera con ese palo en la mano, dudo que se
acerque por aquí. Vamos, son cosas de niños".
Si le
hubiese hecho caso… El chico regresó al
caer el sol y le di tal paliza, que se me volvió a escapar. Esta vez, para
siempre.
jueves, 6 de octubre de 2011
Reparto de alimentos
Los
diecisiete euros encontrados en el último estante de la despensa vacía habían
sido –según mi madre– un auténtico milagro. Aunque creo que el verdadero
portento fue repartirlos equitativamente entre los miembros de la familia: todos
ansiábamos los billetes y nadie estaba dispuesto a llevarse las monedas. Al final fue el que mostró los
dientes más largos quién se llevó la calderilla. Yo
no me quejo, a mí me tocó roer una de las partes más sabrosas de los billetes:
la banderita azul de la Unión Europea.
La propuesta para este mes de octubre es la
siguiente: 17 microrrelatos (son 17
los países de la eurozona) de menos de 100 palabras en los que aparezcan
en su texto 17 euros, y que traten
de algún modo la idea de compartir.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Obsesión
Deshojando la margarita supe que me quería, pero
debía forzar la situación o ella jamás se daría cuenta. Armado con algo más que
paciencia, la esperé a la salida del bar donde cada noche me regalaba una
sonrisa. La observé dirigirse hacia el aparcamiento. Siempre me había atraído
el vaivén de su andar, aunque esa noche su sensualidad parecía cansada y en su
cara juvenil se percibían los surcos dejados por el fastidio. Trató de rehuirme, pero no lo consiguió ni con su inicial indiferencia ni con sus postreros improperios.
Tampoco los gritos le sirvieron de ayuda porque sus lágrimas, que caían como
pétalos, contradecían el vaticinio anterior: ella realmente no me quería.
martes, 4 de octubre de 2011
Perdido
Vagando por el desierto
desperté esta mañana
dando tumbos, perdido,
sonámbulo, sin ganas;
añorando un paraíso,
verde follaje, agua
y unos brazos suaves
que acaricien mi espalda;
deliciosos manjares,
jarras de vino, sedas,
desperté esta mañana
dando tumbos, perdido,
sonámbulo, sin ganas;
añorando un paraíso,
verde follaje, agua
y unos brazos suaves
que acaricien mi espalda;
deliciosos manjares,
jarras de vino, sedas,
colchones, almohadas
y su compañía
para acabar la velada.
Sin embargo estoy aquí,
arrastrando mis pies
en esta arena apilada,
pequeñas dunas sedientas
tan secas como mi garganta.
No desisto.
Paso a paso voy llegando
a aquella difusa montaña
que la niebla quiere ocultar
para minar mi esperanza.
Extenuado caigo al suelo
entre arbustos y matas,
negros insectos, huesos
y duras piedras que me aplastan.
y su compañía
para acabar la velada.
Sin embargo estoy aquí,
arrastrando mis pies
en esta arena apilada,
pequeñas dunas sedientas
tan secas como mi garganta.
No desisto.
Paso a paso voy llegando
a aquella difusa montaña
que la niebla quiere ocultar
para minar mi esperanza.
Extenuado caigo al suelo
entre arbustos y matas,
negros insectos, huesos
y duras piedras que me aplastan.
Despierto en el paraíso
pero no veo manjares, sedas,
nada,
nada más que luz
la luz de su mirada
antigua, conocida,
colmadamente sabia.
Entonces oigo pronunciar mi nombre
en labios de mi amada.
¡Por fin en casa!
–exclamo–
¡Por fin en casa!
lunes, 3 de octubre de 2011
domingo, 2 de octubre de 2011
sábado, 1 de octubre de 2011
Finalista IX Certamen Internacional de Microcuento Fantástico miNatura 2011
Hoy se ha dado a conocer
el fallo del Jurado del
Enhorabuena a los demás finalistas
y
a Elisa de Armas, ganadora del concurso.
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